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Carta al comité de redacción

Shock y el origen del término

Pablo Young, Mario O Pozo, Gastón Murias

Revista Fronteras en Medicina 2020;(03): 0221-0224 | DOI: 10.31954/RFEM/202003/0221-0224


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Los autores declaran no poseer conflictos de intereses.

Fuente de información Hospital Británico de Buenos Aires. Para solicitudes de reimpresión a Revista Fronteras en Medicina hacer click aquí.

Recibido | Aceptado | Publicado 2020-09-30


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Figura 1. Dr. Henri Francois Le Dran. https://en.wikipedia.org/wiki/Henri_Fran%C3%A7ois_Le_Dran#/med...

Figura 2. Portada del libro Tratado de reflexiones extraídas de la práctica sobre heridas por arma...

Figura 3. Dr. William Harvey. https://litfl.com/william-harvey/ (Consultado 17/10/2020).

Figura 4. Tapa del libro de William Harvey publicado en 1628. https://eldiariodesalud.com/catedra/wi...

Figura 5. Marcello Malpighi. https://simple.wikipedia.org/wiki/Marcello_Malpighi#/media/File:Marcell...

Figura 6. Tapa del libro de Marcello Malpighi.De Pulmonibus (1661). http://www.themitralvalve.org/mi...

Figura 7. Stephen Hales. https://en.wikipedia.org/wiki/Stephen_Hales. (Consultado 17/10/2020).

Sr. Director: La palabra shock tiene sus raíces lingüísticas en el antiguo alemán (Scoc, plural: Scoga) en el sentido de chocar, impactar, golpear o lanzar. El choque debe entenderse como un empujón o lanzamiento activo, pero también como un sufrimiento pasivo de ese empujón. En frisón (lengua hablada en su mayoría en la provincia de Frisia, en el norte de los Países Bajos), el significado de esta palabra se expande para incluir inquietud o miedo. De la familia de las lenguas germánicas, el verbo schokken o schocken encuentra su camino en las lenguas romances (francés: choc; o español: chocar).

En la Edad Media y principios de la Edad Moderna se utilizó con tres significados: 1) como término militar para el choque de escudos en un duelo, más tarde también para el choque violento de dos hombres armados que chocan de a pie o a caballo. Se documentó este uso militar para el ataque de la caballería “en estado de shock”, que se ha desarrollado desde la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) y es llamado “Choc” en una instrucción prusiana de 18101. Las masas de caballería intentaron penetrar en las formaciones de infantería profundamente escalonadas, en parte en plena carrera, para sacudir o romper sus alineaciones. Es de hacer notar la interrelación entre los términos choque y masa; 2) uso del término como un término de cantidad; y 3) la que le da significado a este trabajo.

Por primera vez se utilizó la palabra shock en medicina en 1743, a partir de la traducción al inglés de John Clarke de la segunda edición en francés de la obra del cirujano Henri François Le Dran (1685-1770), llamada Tratado de reflexiones extraídas de la práctica sobre heridas por arma de fuego (Figuras 1 y 2). En el trabajo de Le Dran, la palabra choc se refería al daño original en sí (como una sacudida o un golpe [es decir, la lesión física inicial]), y no a un síndrome postraumático, y el traductor empleó la palabra para comunicar la impresión de una sacudida o golpe, seguida de un deterioro progresivo, pérdida de conciencia y muerte2.

Dos descubrimientos esenciales anteceden a la descripción de Le Dran: la primera descripción de la circulación sanguínea mayor por William Harvey (1578-1657) en su libro de 72 páginas que revolucionó la fisiología Exercitatio Anatómica: De Motu Cordis et Sanguinis in Animalibus (Ensayo anatómico sobre el movimiento del corazón y la sangre en los animales) que fue publicado en 1628 (Figuras 3 y 4), y el descubrimiento de los capilares en el microscopio que cerró la descripción de la circulación menor o pulmonar (descripta por muchos otros iniciando por Ibn al Nafis en el Siglo XIII) por Marcello Malpighi (1628-1694) en 1661 (quien fuera el padre de la anatomía microscópica o histología), además de ello, mostró el acierto de la hipótesis enunciada por Harvey el mismo año en que nació Malpighi, de que el sistema circulatorio era un sistema cerrado (Figuras 5 y 6).

El comienzo de las nociones modernas de shock se remonta a dos eventos de la primera mitad del siglo XVIII. El naturalista y reverendo inglés Stephen Hales (1677-1761) describió una vasoconstricción asociada con una disminución de la presión venosa y piel fría en animales que fueron sangrados experimentalmente (Figura 7). Sangró a una oveja hasta su muerte y llenó un barril de pólvora desde los todavía latientes vasos del cuello. Tras esto rellenó con cera las cámaras huecas y midió el volumen resultante del latido. Además, fue el primero en Cambridge en 1706 en determinar la presión sanguínea arterial cuando midió el crecimiento de una columna de sangre en un tubo de cristal (donde se elevó a más de 2.5 metros) insertado en la arteria femoral de un caballo. Lo mismo hizo para medir la presión venosa central utilizando la vena yugular, pero la sangre subió solo unos centímetros. En 1733, publicó el libro Haemastaticks, en el que describió su técnica de inserción un tubo de latón en los vasos mencionados, esto llevó al descubrimiento de que la sangre circulaba debido a un gradiente de presión entre las arterias y las venas. El otro evento se relaciona con el tratado antes mencionado escrito en 1737 por Le Dran (Figura 2),y citamos dos pasajes esenciales: “Probablemente ahora sea cierto que en los troncos y ramas de las arterias centrales todavía circule la sangre libremente; pero en los vasos capilares más pequeños (vasa capillaria) tanto del cuerpo (tronco) como de las extremidades se inhibe, como lo demuestra la fuerte helada que se siente en ellos”. “Sí, la experiencia también nos enseña que a menudo el choc puede ser secundario a una herida de bala”. Queda claro que choc describe gatillo, choque, golpe, disparo, impacto. Posteriormente, los textos médicos de Woolcomb (1769), James Latta y Bell (ambos de 1795) también utilizan la palabra shock en relación al trauma. El primero en usar la palabra shock (8 veces) para designar la condición posterior al trauma, denotando inestabilidad fisiológica, fue el cirujano inglés George James Guthrie (1785-1856) en 1815 en su obra Sobre heridas de bala en las extremidades. Edwin A. Morris, sin embargo, fue quien comenzó a popularizar el término, usándolo en su texto de la Guerra Civil de 1867, Un tratado práctico sobre el shock después de operaciones y lesiones1,2.

En la década de 1800, el cirujano estadounidense John Collins Warren (1778-1856), describió el shock como una “una pausa momentánea en el acto de morir”. Las primeras descripciones de estados de shock a raíz de situaciones agudas no traumáticas también aparecieron en el siglo XIX. En 1831/32, O’Shaugnessy y Th. Latta describen el shock causado por la pérdida de electrolitos y líquidos en los enfermos de cólera (saliprive exsiccose). Latta trata a estos pacientes por primera vez con soluciones salinas intravenosas y, por lo tanto, fue un pionero de la terapia de infusión. En 1862 Samuel David Gross (1805-1884), famoso traumatólogo estadounidense, comentó que el “shock es un trastorno grosero en la maquinaria de la vida”. En 1874 Fagge describió el shock del coma diabético y Blum en 1876 el síndrome del shock de las quemaduras. En 1870, H. Fischer describió magistralmente un paciente que sufrió un accidente por un automóvil que lo golpeó en el abdomen, por lo que el hombre “se puso pálido, sudoroso, con labios azulados, nariz fría, pulso acelerado, presión arterial apenas medible” y casi dejó de orinar. Este cuadro clínico sigue siendo válido en la actualidad. En su trabajo con el mismo título Acerca del shock, G. H. Groeningen presentó un “estudio clínico sobre una base fisiológica” en 1885. Este trabajo se considera, como la primera monografía de shock en lengua alemana1,2. A principios de la década de 1900, después de la introducción del esfigmomanómetro, la hipotensión se utilizó para definir shock. La creencia sostenida por médicos notables de la época, es que el shock era el resultado de un desorden del sistema nervioso, y llevó a definiciones centradas en “colapso nervioso”. Los cirujanos definieron shock como una reacción corporal a la herida: “lesiones graves son seguidas por una serie de fenómenos conocidos como shock, o una perturbación general del sistema nervioso”, entre 1930 y 1940, se hizo más claro que el volumen sanguíneo era un tema central en el shock. Alfred Blalock (1899-1964) escribió: “… el shock es una falla circulatoria periférica que resulta de una discrepancia en el tamaño del lecho vascular y el volumen del líquido intravascular”2.

Hoy como en el futuro, nuestros sucesores mirarán hacia atrás a estos grandes médicos e investigadores, como ellos se apoyaron en su pasado, al decir de Sir Isaac Newton (1642-1727): “Si he visto más lejos, es porque he estado parado sobre hombros de gigantes”.

  1. Manji RA, Wood KE, Kumar A. The History and Evolution of Circulatory Shock. Crit Care Clin 2009;25:1-29.

  2. Millham FH. A brief history of shock. Surgery 2010;148:1026-37.

Autores

Pablo Young
Servicio de Clínica Médica.
Mario O Pozo
Servicio de Terapia Intensiva.
Gastón Murias
Servicio de Terapia Intensiva. Hospital Británico de Buenos Aires. CABA.

Autor correspondencia

Pablo Young
Servicio de Clínica Médica.

Correo electrónico:

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Revista Fronteras en Medicina, Volumen Año 2020 Num 03

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Revista Fronteras en Medicina
Número 03 | Volumen 15 | Año 2020

Titulo
Shock y el origen del término

Autores
Pablo Young, Mario O Pozo, Gastón Murias

Publicación
Revista Fronteras en Medicina

Editor
Hospital Británico de Buenos Aires

Fecha de publicación
2020-09-30

Registro de propiedad intelectual
© Hospital Británico de Buenos Aires

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