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Historia

Domingo Santo Liotta (1924-2022) y el primer corazón artificial

Pilar Sofía Auguadra, Pablo Young

Revista Fronteras en Medicina 2024;(02): 0116-0127 | DOI: 10.31954/RFEM/202402/0116-0127


Domingo Liotta nació en Diamante, Entre Ríos, Argentina, en 1924. Se graduó de médico en la Universidad Nacional de Córdoba en 1949 y obtuvo su doctorado en 1953. Trabajó en la escuela quirúrgica de Pablo L. Mirizzi, innovando en técnicas quirúrgicas como la "Duodenografía hipotónica". Continuó su formación en la Universidad de Lyon y se especializó en cirugía cardíaca y torácica. En 1961, se unió a la Baylor University bajo la dirección de Michael DeBakey, donde desarrolló dispositivos de asistencia ventricular izquierda. En 1963, Liotta y Ernest Stanley Crawford realizaron el primer implante clínico de un ventrículo artificial intratorácico. En 1969, junto con Denton Cooley, implantó el primer corazón artificial total en el Hospital St. Luke, Houston, manteniendo al paciente vivo por 64 horas hasta un trasplante. Liotta fue director de Investigación Quirúrgica en Houston y trabajó en Madrid antes de regresar a Argentina, donde dirigió el Servicio de Cirugía Cardiovascular en el Hospital Italiano de Buenos Aires. Además, fue secretario de Estado de Salud Pública durante el tercer gobierno de Juan Domingo Perón y secretario de Ciencia y Tecnología en los años 90. Fundó la Facultad de Medicina de la Universidad de Morón y escribió numerosos libros científicos. Liotta falleció en 2022, dejando un legado significativo en la cirugía cardiovascular.


Palabras clave: doctor, cirugía, corazón artificial, trasplante cardíaco, Historia de la Medicina.

Domingo Liotta was born in Diamante, Entre Ríos, Argentina, in 1924. He graduated as a doctor from the National University of Córdoba in 1949 and obtained his doctorate in 1953. He worked at the surgical school of Pablo L. Mirizzi, innovating in surgical techniques such as "Hypotonic duodenography". He continued his training at the University of Lyon and specialized in cardiac and thoracic surgery. In 1961, he joined Baylor University under Michael DeBakey, where he developed left ventricular assist devices. In 1963, Liotta and Ernest Stanley Crawford performed the first clinical implantation of an intrathoracic artificial ventricle. In 1969, together with Denton Cooley, he implanted the first total artificial heart at St. Luke's Hospital, Houston, keeping the patient alive for 64 hours until a transplant. Liotta was director of Surgical Research in Houston and worked in Madrid before returning to Argentina, where he directed the Cardiovascular Surgery Service at the Italian Hospital of Buenos Aires. In addition, he was Secretary of State for Public Health during the third government of Juan Domingo Perón and Secretary of Science and Technology in the 90s. He founded the Faculty of Medicine of the University of Morón and wrote numerous scientific books. Liotta passed away in 2022, leaving a significant legacy in cardiovascular surgery.


Keywords: doctor, surgery, artificial heart, heart transplant, History of medicine.


Los autores declaran no poseer conflictos de intereses.

Fuente de información Hospital Británico de Buenos Aires. Para solicitudes de reimpresión a Revista Fronteras en Medicina hacer click aquí.

Recibido | Aceptado | Publicado 2024-06-29


Esta revista tiene libre acceso a descargar los artículos sin costo (Open Acces), además se encuentra indizada en Latindex y LILACS (BVS.org) y en proceso de incorporación en el núcleo básico de revistas del CONICET.

Licencia Creative Commons
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

Figura 1. El Dr. Liotta, a sus 94 años. Fotografiado por Pilar Sofía Auguadra, el martes 04/06/201...

Figura 2. Denton Cooley. En: http://www.fdliotta.org/biografia.html. Consultado el 28/05/2019.

Figura 3. Evolución del paciente Haskell Karp. A la izquierda, el Dr. Liotta habla con el Sr. Karp ...

Figura 4. Operación histórica, la primera en la historia de la medicina. Reemplazo total del coraz...

Figura 5. El Dr. Liotta (a la izquierda) junto a Pilar Sofía Auguadra. Fotografiado el día 04/06/2...

Figura 6. Pilar Sofía Auguadra (en el centro) junto a los doctores Domingo Liotta (a la izquierda) ...

Figura 7. Vivienda que pertenece a la familia del Dr. Domingo S. Liotta ubicada en calle 25 de mayo ...

Figura 8. Vivienda que pertenece a la familia del Dr. Domingo S. Liotta ubicada en calle 25 de mayo ...

Figura 9. Corazón artificial. En: http://www.bvser.org.ar:81/items/show/27. Consultado el 04/06/201...

Figura 10. Domingo Liotta, cardiólogo de Perón (ref. 15).

Introducción

El día 4 de abril del año 1969, en el St. Luke Hospital, se llevó a cabo el reemplazo del corazón de un paciente en estado agonizante con un corazón mecánico ortotópico. La confección del corazón artificial fue dirigida por Domingo Liotta (Figura 1), en Baylor University College of Medicine de Houston, Texas; y fue él también quien desarrolló un dispositivo de asistencia ventricular izquierda. Fueron los ingenieros Hardy Bourland y William O. Bannon, de la Rice University, quienes confeccionaron el sistema de control exterior neumático. La confección de la consola de control fue llevada a cabo por el ingeniero John Jurgens1.

El Chairman del departamento de cirugía de Baylor University en ese momento era Michael Ellis DeBakey (1908-2008), cirujano cardiovascular.

El equipo quirúrgico estuvo integrado por Denton Arthur Cooley (1920-2016) (Figura 2), Domingo Santo Liotta, Grady Lamar Hallman (1930-2017) y Robert Drews Bloodwell (1932-2013). Denton A. Cooley era profesor de cirugía de la Baylor University, director del Texas Heart Institute, jefe de Cirugía Cardiovascular del St. Luke Hospital y del Children´s Hospital. Domingo S. Liotta era en ese entonces profesor asociado de cirugía de la Baylor University, cirujano cardiovascular del St. Luke Hospital, del Children´s Hospital, codirector del programa del corazón artificial Baylor-Rice y jefe de investigaciones quirúrgicas del Texas Heart Institute1,2.

El receptor del primer corazón artificial fue Haskell Karp (Figura 3). La intención de dicha cirugía fue utilizar al corazón artificial como puente al trasplante cardíaco, es decir, sería empleado hasta encontrar un donante humano compatible. Karp padecía una insuficiencia cardíaca avanzada debida a numerosos infartos agudos de miocardio previos. Dada su condición, el paciente fue trasladado a Houston con el objetivo de mejorar su cuadro, buscando llevar a cabo un procedimiento denominado “resección en cuña”. Sin embargo, no se obtuvo el resultado esperado: el corazón de Karp fibriló. Dado el fracaso de dicho procedimiento, se tomó la decisión de utilizar un dispositivo artificial, hasta entonces solo probado en terneros: dicho sistema había logrado mantener con vida a una ternera por un período de 47 horas. La culminación de 10 años de trabajo en corazones mecánicos llegó el 4 de abril, cuando Cooley, Liotta y sus compañeros del equipo quirúrgico implantaron un corazón de 8 onzas, de plástico blando y tela Dacron en el pecho de Haskell Karp. El corazón fue una modificación del modelo de trabajo desarrollado por Liotta en Argentina en 19591,2.

Su vida y obra

Liotta nació en Diamante, Entre Ríos, Argentina, el 29 de noviembre del año 1924. Hijo de inmigrantes italianos. Su padre se formó en la Real Armada Británica en una época en que estaba en curso la guerra ruso-japonesa. Estuvo asignado a los buques insignias de dicha flota, el Montagu, el Irresistible y el Venerable. Fue distinguido por cada uno de sus capitanes. Su madre fue maestra de escuela primaria; su hermana Rosario bioquímica; y, su hermano Salvador, cardiólogo e investigador, fue pionero en el estudio del seno coronario, tan de moda en la actualidad.

Tuvo una infancia feliz que transcurrió sobre la ribera del Río Paraná en la casa de Diamante la cual describe como el “Jardín Encantado”. Un fuerte recuerdo de ese período: a los 8 años plantó con su padre una araucaria de 80 cm; hoy mide más de 30 metros. Cursó sus estudios primarios en la Escuela Independencia de su ciudad natal, y el secundario en el histórico Colegio del Uruguay del que fuera pupilo de 1938 a 1942, de la ciudad Concepción del Uruguay (provincia de Entre Ríos), fundado en el año 1849 por el General Justo José de Urquiza (1801-1870). Posteriormente se traslada a Córdoba donde se graduó de médico en la Universidad Nacional de Córdoba (fundada por los jesuitas en 1613) en el año 1949. Aquí también recibe el título de Doctor en Medicina en 1953 con tesis “Anatomía clínica del conducto biliar” con la calificación de los “más altos honores” o summa cum laude. Su padrino fue su maestro Mirizzi. Imbuido de ese espíritu innovador, en 1954 presenta en la Asociación Argentina de Cirugía para el diagnóstico temprano del tumor de páncreas y de la ampolla de Vater, la “Duodenografía Hipotónica”, siendo distinguido con un Premio Accesit de dicha Institución y publicado en Cirugía Lionesa en 1955. Al publicarlo en la Revista Lyon Chirurgical, Bulletin Offical de la Societé de Chirúrgie de Lyon, en 1955, se impone en todo el mundo.

En ese tiempo, las escuelas quirúrgicas argentinas más relevantes eran la de los hermanos Finochietto, Enrique (1881-1948) y Ricardo (1888-1962), y la de José Arce (1881-1968) en Buenos Aires, la de Federico Enrique Bruno Christmann (1898-1987) en La Plata (quien influyó en la formación de René Favaloro) y la de Pablo Luis Mirizzi (1893-1964) en Córdoba. Todas se distinguieron por la exigencia en su formación. Ser aceptado en una de ellas ya era un honor. Dio sus primeros pasos en la cirugía general en el Hospital Provincial Nuestra Señora del Valle de mano de uno de los más grandes cirujanos argentinos del siglo XX, Mirizzi, quien revolucionara la cirugía biliar al describir la “colangiografía operatoria”, llamada “mirizzigrafía operatoria” por muchos años. Con ella cambió la historia de esta cirugía haciéndola más segura. Un ejemplo que imitar. Liotta cumplió con creces la responsabilidad de pertenecer a la internacionalmente famosa “Escuela Quirúrgica Pablo L. Mirizzi”, quien enseñó a sus discípulos a pensar y a ser creativos. Enviado por su mentor y maestro en cirugía general el Dr. Mirizzi, continuó su carrera médica en la Universidad de Lyon, en Francia. Realizó un entrenamiento de cirugía general en el servicio Pierre Mallet-Guy (1897-1995) conocido por su signo de pancreatitis manifestado como un dolor provocado con la palpación profunda de la región subcostal y epigástrica izquierda. Luego se entrenó en cirugía torácica y cardíaca en el hospital de Lyon entre los años 1956 y 1959 con los profesores Paul Santy (1887-1970) y su discípulo Pierre Marion (1914-2000) que también lo fue de Mallet-Guy. Allí comenzó sus trabajos sobre el corazón artificial total, en el año 1959, inspirado en un artículo científico que publicó en 1937 el científico soviético Vladimir Petrovich Demikhov (1916-1998), que continuó en la Universidad Nacional de Córdoba, en 1960. Desarrolló un prototipo exitoso, que utilizó en pequeños animales.

En 1961 concurrió como observador al Departamento de Órganos Artificiales de la Cleveland Clinic que dirigía Willem Johan Kolff (1911-2009), pionero de la hemodiálisis además del corazón artificial. Este episodio es un nuevo punto de partida para el inquieto Liotta. Define su afición por la cirugía cardíaca.

Ya planteado el camino de su futuro, Liotta decide formarse en este tema en uno de los centros más prestigiados del mundo. Dado sus antecedentes, en 1961 ingresó como Fellow of Cardiovascular Surgery, bajo la dirección del prestigioso Dr. DeBakey en la Baylor University, Houston, EE.UU. Era la época del strong heart, el corazón de piedra, y de la falla ventricular izquierda al terminar la cirugía cardíaca y de los grandes vasos. Al poco tiempo el joven Domingo propone en pleno centro mundial de esta cirugía la asistencia prolongada del ventrículo izquierdo por un bypass parcial intratorácico por medio de la circulación extracorpórea. Esto le valió ser reconocido al año de haber llegado, 1962, por el American College of Cardiology con el Premio al Investigador Joven en Denver.

Liotta, en 1961, descubrió la Asistencia Cardiocirculatoria (LVASs) con ventrículo artificial intratorácico y junto a Ernest Stanley Crawford (1922-1992), el 19 de julio de 1963, llevaron a cabo el primer implante clínico en la historia en el Hospital Metodista de Houston3,4. El prototipo original se exhibe en el Instituto Smithsoniano de Washington.

En abril de 1966, junto a DeBakey en el Hospital Metodista, comenzó la colocación de LVAS con bombas paracorpóreas (por fuera del paciente); lo cual finalizó el 6 de agosto de 1966 con el implante en una paciente en shock cardiogénico poscardiotomía irreversible (técnica de Liotta-DeBakey). La recuperación de la función miocárdica fue total, fue el primer paciente recuperado en la historia. La paciente falleció 10 años después a causa de un accidente vial, en México.

El día 4 de abril de 1969, Cooley y Liotta implantaron el primer corazón artificial total, el cual sostuvo al paciente vivo por 64 horas. Fue empleado como puente al trasplante con donante humano5. El hecho tuvo repercusión periodística mundial con encabezamientos de primera plana. Liotta tenía 42 años y sólo 17 de graduado.

Entre los años 1970-1971 fue director de Investigación Quirúrgica en Houston, para luego desempeñarse como cirujano cardiovascular en Madrid, con el doctor Cristóbal Martínez Bordiú, marqués de Villaverde y yerno de Francisco Franco, como jefe del departamento de Cirugía Torácica y Cardiovascular del centro especial Ramón y Cajal.

A su regreso, entre los años 1971 a 1974, fue cirujano en jefe en el Hospital Público Carlos Durand, y a su vez en julio de 1971 como jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular del Hospital Italiano de Buenos Aires.

En 1980, la Editorial Intermédica publicó el libro Técnicas en Cirugía Cardiaca editado por Domingo Liotta y con coautores de prestigio tales como René Favaloro, Luis de la Fuente, Carlos Bertolasi, Raúl Olivieri, que reunió la experiencia médica del equipo del Sanatorio Güemes y del Hospital Italiano. En 1990, se apartó de su función directiva y prosiguió como jefe honorario6-8.

Entre los años 1973 y 1974 fue secretario de Estado de Salud Pública durante el tercer gobierno de Juan Domingo Perón, cuando creó la Ley 20748 donde inauguró el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), posteriormente fue secretario de Ciencia y Tecnología entre 1993 y 1996 durante el gobierno de Carlos Menem, durante cuya gestión se construyó el centro de investigación de Diamante y se planificó el de Anillaco, provincia de La Rioja, además de ser presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), en el mismo período (Tabla 1).

Como secretario de Salud inició relaciones científicas y culturales con China y firmó con el Premier Zhou Enlai en Beijing en noviembre de 1973 un convenio al respecto. Fue pionero de la enseñanza de la cirugía cardíaca en China, país con el que interactuó por más de 20 años, de 1973 a 1996. Allí fue distinguido como director honorario del Centro Cardiovascular de Guangzhou, que dirigía Lo Zhengxian, y como Profesor Honorario del Beijing Friendship Hospital de la Capital Universitaria de las Ciencias Médicas de China.

Junto al presidente Ephraim Katzir del Estado de Israel y el ministro Abba Eban firmó en Jerusalén en 1974 un convenio semejante.

En 1990, Jorge Busti lo pensó como precandidato a gobernador, pero lo terminó bajando para darle lugar a Moine.

En 1996 fundó la Facultad de Medicina de la Universidad de Morón de la que fue su Decano, además Profesor Extraordinario de Anatomía Clínica y director del Instituto de Investigación Cardiovascular en dicha Universidad. Fue secretario de Ciencia y Tecnología de esta Universidad que lo distinguió como Doctor Honoris Causa en 1996.

Tiene en su haber 22 patentes. Presidió la Fundación Domingo Liotta desde su creación.

Fue miembro de sociedades médicas y es el autor o coautor de más de 170 publicaciones. Recordemos que escribió más de diez libros científicos, editados todos en inglés. Su último libro científico lo editó en el 2003: A practical textbook of congenital and adquired diseases of aorta. En el año 2007, se publicó su autobiografía Amazing Adventures of a Heart Surgeon9-11.

El Dr. Liotta ha recibido numerosas distinciones: “La Gran Cruz de Alfonso X el Sabio”, la más elevada distinción en el orden civil de España; “Gran Cavaliere d’Onore por servicios humanitarios”, la condecoración más elevada en el orden civil de Italia; entre otras (Tabla 2).

Cardiólogos y cirujanos cardíacos chinos se instruyeron junto a Liotta en el Hospital Italiano de Buenos Aires y en la República Popular China. El Dr. Liotta fue venerado con el título de Cirujano Cardiovascular de los Hospitales de la República Popular China en una resolución firmada por el Premier Zhou Enlai, el ideólogo de la China moderna, y su Consejo de Estado en 19732.

El Dr. Liotta operó hasta los 82 años, mientras que Cooley hasta los 80, este era un tema de broma entre ellos. Falleció de una isquemia intestinal a la edad de 97 años.

En detalle la colocación

del corazón artificial

El acuerdo de la Navidad del 68

Fue en la mañana del 21 de diciembre del año 1968 cuando los doctores Denton Cooley y Domingo Liotta determinaron la estrategia de implantación de un corazón artificial en seres humanos. Su principal objetivo era el mantenimiento con vida del paciente hasta lograr llevar a cabo un trasplante cardíaco. El procedimiento, conocido como ¨trasplante cardíaco en dos etapas¨, nunca había sido intentado previamente en la historia1,7.

El 4 de abril de 1969

En la mañana del 4 de abril de 1969, viernes Santo, Liotta se encontraba realizando una cirugía en un paciente con insuficiencia coronaria en el quirófano 2 del St. Luke Hospital. La enfermera del doctor Cooley, Barbara Litchy, ingresó al quirófano con una nota, la cual decía: “Estimado Doctor Liotta, todo está bien. Por favor, no se preocupe más. Buena suerte, John Jurgens”1. Era un mensaje proveniente del ingeniero médico. Jurgens, a través de ese mensaje, había confirmado que pudo controlar el panel de control de la unidad del corazón artificial. Previamente había sido el ingeniero Bill O. Bannon quien se encargaba del manejo del panel de control del dispositivo. Sin embargo, su renuncia a dicha tarea residió en una importante crisis nerviosa acontecida el día 3 de abril: el miedo que sentía era incontenible. Fue por este motivo que Jurgens prosiguió su labor.

Finalizada la cirugía en el quirófano 2, el doctor Liotta se dirigió a la habitación del señor Karp. La cirugía de dicho paciente estaba programada para ser llevada a cabo ese mismo día, a las 2 de la tarde, en el quirófano 1 del St. Luke Hospital. Fue a ese horario cuando comenzó el procedimiento denominado “resección en cuña”, protagonizado por los doctores Liotta y Cooley. Grady Hallman y Roberto Bloodwell se posicionaron para contribuir con la cirugía. El anestesista del equipo quirúrgico fue Arthur Keats, jefe de Anestesiología de la Baylor University. Robert Leachmann fue el cardiólogo que controló los parámetros hemodinámicos junto a Keats.

Una vez iniciado el procedimiento, se prosiguió a la exposición de las cámaras ventriculares derecha e izquierda, junto con el septum interventricular. El miocardio presentó una severa cicatrización, a expensas de numerosos infartos previos. La fibrosis se extendía incluso a los dos músculos papilares de la válvula mitral; lo cual explicaba la insuficiencia moderada en dicha válvula. Años antes, se había colocado un marcapasos permanente debido a la extensa fibrosis del septum interventricular.

Cooley y Liotta buscaron resecar una gran extensión de tejido cicatrizal en el ventrículo izquierdo. La cicatrización era tan extensa que también se debió resecar la pared anterior del ventrículo derecho, y realizaron la implantación anterior del septum interventricular. El marcapasos fue seccionado a la altura de la válvula tricúspide. Posteriormente, suturaron las paredes de ambas cámaras ventriculares e incluyeron el septum interventricular en la sutura primaria.

Sin embargo, el corazón del paciente comenzó a fibrilar. Se realizaron numerosos choques eléctricos de desfibrilación, a los cuales no hubo respuesta. El anestesiólogo, Arthur Keats, realizó una infusión de isoproterenol. Posteriormente, debido a la persistencia de la fibrilación, administró noradrenalina. No hubo respuesta alguna por parte del corazón a dichas intervenciones: el paciente había entrado en un estado de fibrilación ventricular irreversible. Hasta entonces, habían transcurrido 20 minutos desde el comienzo de la circulación extracorpórea.

Como consecuencia de dicho cuadro de irreversibilidad, se decidió la implantación del corazón artificial. A pedido del doctor Bob Leachman, el doctor Cooley notificó a la Sra. Karp la grave condición de su marido, y la necesidad de implantar el corazón artificial. Además, Cooley pidió que el St. Luke Hospital solicite un donante cardíaco lo antes posible. Posteriormente Gwymm Baumgartner, jefa de Enfermería del quirófano, a pedido del doctor Cooley, solicitó a Jurgens que traslade la consola del corazón artificial al quirófano de inmediato.

A continuación, se prosiguió con la implantación del dispositivo. Cooley y Liotta comenzaron con la extracción del corazón del paciente. Separaron los dos ventrículos con una sección transversal y continuaron con la sección de la arteria pulmonar y la aorta. De esta forma, el corazón quedó desensamblado de las estructuras anatómicas circundantes. Simultáneamente, Robert Leachmann, Henry Reinhard y el Rabí Nathan Whitkin se encontraban con la señora Karp, quien estaba completamente desconsolada.

Posteriormente a la resección del corazón de Karp, los cirujanos continuaron con la implantación del corazón artificial. Fue un arduo trabajo, no solamente por la implantación del corazón, sino también porque el tiempo de la circulación extracorpórea se agotaba. La pared remanente de la aurícula izquierda del paciente fue suturada a la pared artificial. Sin embargo, durante dicho procedimiento identificaron que el conector aórtico de salida de la bomba, el injerto de Dacrón de 26 milímetros de diámetro, no se encontraba adecuadamente alineado a la arteria aorta del paciente. No fue una complicación mayor, rápidamente rehicieron la línea de sutura: pero el problema era el tiempo. Habían desperdiciado entre 10 a 12 minutos. Rápidamente prosiguieron a la implantación del ventrículo derecho.

Quedó finalmente restituido el sistema cardiovascular del paciente. Por primera vez en la historia de la medicina, se interpuso en el sistema cardiocirculatorio del ser humano una bomba sanguínea implantada en el saco pericárdico después de remover el corazón nativo1.

Luego, se conectaron dos tubos neumáticos a la consola del control del panel de control. Una vez iniciada la circulación, se redujo progresivamente la circulación extracorpórea; hasta que finalmente, Cooley determinó su finalización. Culminado el procedimiento quirúrgico con éxito, John Jurgens programó los parámetros hemodinámicos del señor Karp, los cuales eran los siguientes: presión arterial sistólica de 130 mmHg, presión arterial diastólica de 80 mmHg, presión pulmonar sistólica de 30 mmHg, presión pulmonar diastólica de 10 mmHg y un gasto cardíaco de 6 litros por minuto1.

El procedimiento de la implantación del corazón artificial duró en total 45 minutos. Sin embargo, la preocupación de aquel momento era la duración del tiempo de circulación extracorpórea, la cual fue superior a 2 horas.

Una vez finalizada la cirugía, Denton Cooley llamó a célebres integrantes del campo de la investigación, con un propósito más bien político: Cooley presagiaba las consecuencias ulteriores. En primer lugar, llamó al doctor Willem Johan Kolff (1911-2009), inventor del riñón artificial. Posteriormente, se comunicó con el doctor Adrián Kantrowitz (1918-2008) del equipo que realizó el segundo trasplante cardíaco del mundo, con Arthur Levine (médico de cabecera del señor Karp) y finalmente, al doctor Theodore Cooper (1929-1993) director del Instituto Nacional del Corazón de los EE.UU.

Ese mismo día, a las 19 horas, los medios de Houston se congregaron en el Hospital St. Luke. Fue el doctor Cooley el primero en hablar con la prensa. Minutos después llegó el doctor Liotta. Además de explicar el procedimiento, solicitó a los médicos de los EE.UU. que prestaran atención a los casos de muerte cerebral irreversible. Su principal objetivo era, ahora, hallar un donante compatible para el señor Karp. Hallman presentó a los medios la primera radiografía de tórax con un corazón artificial.

Tras el éxito del procedimiento, el equipo quirúrgico se hallaba profundamente conmovido. Cooley afirmó: “Lo que pueda ocurrir de ahora en más carece absolutamente de significación - este es un paso histórico para la medicina”1. Sin embargo, además de estar conmovido, se encontraba preocupado.

Cooley, Liotta, Hallman y Bloodwell se dirigieron al quirófano 1. Según ellos, el paciente requería un control muy estricto; motivo por el cual no fue transferido a la sala de recuperación general. El doctor Liotta tomó la mano del señor Karp, quien respondió apretando con firmeza. Las funciones neurológicas, estaban íntegras.

El 5 de abril de 1969

En la madrugada del 5 de abril, los cirujanos Cooley y Liotta permanecieron en el quirófano 1, atentos a la evolución de su paciente. Las enfermeras controlaban continuamente sus signos vitales, su ritmo diurético, entre otros parámetros. Los acompañaba John Jurgens, quien estaba atento al monitor de la consola del corazón artificial.

Al día siguiente de la cirugía, se quitó la asistencia respiratoria mecánica a la que se había conectado al paciente. Su esposa, la señora Karp, lo acompañó desde el primer momento (Figura 3). Los parámetros hemodinámicos del paciente eran estables. Su respuesta neurológica era normal, lo cual era de gran preocupación para los cirujanos, dado el gran tiempo de instancia en circulación extracorpórea.

“El mayor misterio, el de recuperar la conciencia humana mediante una estructura mecánica, la misteriosa fusión de pensamiento y de existencia corporal, que da forma a la vida humana misma, fue posible por primera vez, el 4 y 5 de abril de 1969”1.

El 6 de abril de 1969, domingo de Pascua

El objetivo primordial era encontrar un donante para Karp. Numerosas personas ofrecían su corazón, entre ellas, una anciana de 80 años.

El 4 de abril a las 21:30 horas, el doctor Cooley recibió un llamado proveniente de un médico general de Cleveland, quien anunciaba contar con un donante para el señor Karp. Se trataba de una paciente de 31 años, quien había padecido una embolia cerebral luego de parir un feto muerto. Como consecuencia, Cooley decidió administrar al señor Karp una dosis completa de Imuran (azatioprina), y una dosis inicial de cortisona, drogas inmunosupresoras necesarias para poder llevar a cabo el trasplante. Una vez que la ambulancia de Cleveland arribó al St. Luke Hospital, los doctores Liotta, Cooley, Leachman y Keats llevaron a cabo la revisión del donante. Lamentablemente, hacía una hora el corazón de la mujer había sufrido un paro. Por ende, no hubo donante viable. La principal preocupación ahora residía en las drogas inmunosupresoras que habían sido administradas al señor Karp.

En la mañana del 6 de abril, recibieron una llamada del Dr. Johan Renilla del Brodwad General Hospital de Fort Lauderdale, Florida. El doctor Renilla contaba con una paciente que quería donar su corazón. La misma presentaba un mioma uterino, motivo por el cual estaba teniendo una hemorragia incontrolable. Como era Testigo de Jehová, se negó a recibir transfusiones sanguíneas. Su hematocrito era de 14%. Sin embargo, dicho acto podría traer como consecuencia numerosos problemas legales para el St. Luke Hospital. Tanto los directores del hospital como Cooley lo rechazaron.

Al día 6 de abril, Karp presentó una radiografía de tórax en la que se halló una condensación en el lóbulo inferior del pulmón derecho. Era asistido intermitentemente por un respirador. Además, la diuresis se encontraba en progresivo descenso. Inicialmente, presentó un descenso en los niveles de hemoglobina, que luego se normalizó. Karp se encontraba consciente, de buen ánimo, y su corazón artificial seguía funcionante.

El domingo 6 de abril por la tarde se encontró un donante para Karp. Cooley recibió un llamado del doctor Robert Lennon, anestesiólogo del Lawrence General Hospital: el donante se trataba de una paciente, la señora Ewan, que tenía un estado irreversible de muerte cerebral. Su grupo sanguíneo coincidía con el del señor Karp. Arribaron con la paciente en la madrugada del lunes 7 de abril. El traslado de la donante no fue una tarea fácil: durante el vuelo se le debió administrar Levophed, sumado a que la paciente requirió la realización de masaje cardíaco externo. Los mismos procedimientos debieron realizarse durante el traslado en ambulancia desde el Hobby Field Airport hacia el hospital St. Luke.

En el quirófano 2 del hospital, el doctor Grady Hallman realizó la resección del corazón de la señora Ewan.

Karp fue trasladado al quirófano 1, donde próximamente iba a ser conectado a circulación extracorpórea con el objetivo de ser trasplantado. La intervención iba a ser realizada por los doctores Liotta, Cooley y Bloodwell. Se procedió entonces a realizar la cirugía: primero, se abrieron las incisiones realizadas previamente. Quedó expuesto el corazón artificial, el cual funcionaba correctamente. Fueron removidos los depósitos de fibrina y coágulos que circundaban a la prótesis. En 37 minutos suturaron el corazón del donante. Sin embargo, una vez que Cooley quitó el clampeo aórtico del señor Karp, el corazón del donante fibriló. Tras una descarga eléctrica, volvió a su ritmo normal. Al fin y al cabo, Karp había sobrevivido con el corazón artificial por un período de 64 horas previo al trasplante (Figura 4).

A partir de ese entonces, según los cirujanos, la evolución del paciente dependía de la suerte; y, sobre todo, de la progresión de la condensación evidenciada en la radiografía de tórax el día previo.

Al día siguiente, al lunes 7, la misma se habría extendido hacia el pulmón izquierdo. Los resultados evidenciaron que dicha condensación era debida a una infección fúngica. El paciente presentó un cuadro de hipoxia, de forma tal que no era posible su desconexión del respirador artificial.

Treinta y dos horas posteriores al trasplante, el martes 8 de abril a las 17 horas, sufrió un paro cardíaco irreversible. Se ejecutaron maniobras de resucitación por un tiempo mayor a treinta minutos, sin éxito.

A la salida del quirófano 1, el doctor Cooley abrazó con su brazo derecho al doctor Liotta, y afirmó: “Vamos Dom..., todavía nos queda mucho trabajo por hacer hoy”1.

En el momento final de este importante fenómeno para la historia, Cooley aún tenía esperanza.

Liotta respondió a los interrogantes de los medios. Entre varias preguntas se le cuestionó si, al fin y al cabo, valió la pena el renunciar a sus carreras académicas en la Baylor University, los problemas legales posteriores al procedimiento, la contraposición de la prensa, el enfrentamiento con el cuerpo federal de salud pública. A todo esto, Liotta respondió: “Sí, todo valió la pena, si pudimos sostener una vida humana”1,7,9,10.

Consecuencias jurídicas

En junio de ese mismo año, William Thurmon, abogado de Dallas, Texas, acudió al St. Luke Hospital. Era él representante del Fountain Vigilance Comitee del Senado de los Estados Unidos. El Senador Fountain custodiaba el uso adecuado de aquellos fondos que eran brindados por el gobierno federal. Los trabajos sobre el corazón artificial fueron subvencionados por el gobierno federal. Es por este motivo que tanto el St. Luke Hospital, como los doctores implicados, se encontraban en una severa pugna con el gobierno federal.

Seis meses después de la cirugía, la señora Karp regresó a Houston a un programa televisivo educativo, el National T. Education. Allí, afirmó que en ningún momento firmó una autorización que le permitiera al doctor Cooley intervenir quirúrgicamente a su esposo. Finalmente, dos días antes del término del plazo legal, el 2 de abril de 1971, la señora Karp demandó al St. Luke Hospital y a los médicos participantes de dicha operación ante los Tribunales Ordinarios de los Estados Unidos por el pago de 4.5 millones de dólares.

En el año 1972, en el Distrito Federal del Tribunal de Texas, se efectuó un juicio oral de 9 días de duración. John V. Singleton, Juez Federal de los Estados Unidos, rechazó completamente la demanda llevada a cabo por la señora Karp. Afirmó que el proceder de los cirujanos fue correcto, dado que el corazón artificial pudo mantener a Karp con vida por un período de 64 horas, hasta encontrar un donante.

Sin embargo, la señora Karp apeló en 1974 ante la Corte Federal de Washington, pero tres jueces confirmaron la sentencia de 1972, en rechazo de su pedido. Finalmente, sus abogados apelaron a la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos. Aquí la señora Karp afirmó haber firmado la autorización de la cirugía sin entender en qué consistía. Además, su apelación se debió a que el Tribunal Federal de Texas rechazó citar al doctor DeBakey a juicio oral como testigo; y debido a que dicha universidad no autorizó a los abogados de la señora Karp a leer las conclusiones del primer comité investigador.

Sin embargo, cabe destacar que el doctor DeBakey había tenido una reunión privada junto al Juez Singleton, lo cual era desconocido para los abogados. Además, la Universidad afirmó que los resultados del interrogatorio al doctor Cooley eran confidenciales. El doctor DeBakey, además, afirmó que en ningún momento atestiguará a favor de la señora Karp en la demanda contra los doctores Cooley y Liotta.

Cabe destacar que el Rabino Nathan Witkin había explicado previamente a Karp y su familia el tipo de cirugía que se iba a llevar a cabo. Y ellos habían confirmado el entendimiento de esta. Dicha declaración bajo juramento del Rabino ante la Corte Federal y ante Dios fue demoledor para la causa de la señora Karp, la cual se había basado en la falta de comprensión de la explicación del procedimiento brindada por el doctor Cooley.

Finalmente, gracias a las evidencias, el primer caso de la historia de la medicina que alcanzó la Suprema Corte de Justicia de los EE. UU. culminó.

Dicho caso generó una señal de alarma en las distintas instituciones médicas dedicadas a la investigación, debido justamente a las importantes consecuencias legales que tuvo.

Entrevista personal de la primera autora

al Dr. Liotta en 2019

1: ¿Tiene algún exponente en la Medicina, alguien a quien admire y en quien se haya inspirado?

Liotta: En Francia, por ejemplo, había dos grandes cirujanos: Paul Santy, quien no usaba circulación extracorpórea, y Pierre Marrion: hacían todo cerrado, por ejemplo, reparaban estenosis pulmonares a dedo todo; la mitral a dedo también, con una toracotomía izquierda. Robert Edward Gross (1905-1988), en Boston, cerraba las comunicaciones interauriculares sin extracorpórea en 3-4 minutos. Henry Swan (1913-1996) también hacía eso y operó en el Hospital Italiano12. No se puede hacer eso, es muy peligroso, pero era lo que había. Gross operó a uno o dos enfermos, él mismo se dio cuenta que era peligroso y lo dejó de hacer. En Estados Unidos, Denton Cooley, fue un cirujano realmente dotado. Fue un técnico, una maravilla. El hombre que simplificó toda la cirugía cardiovascular, porque antes la hacían muy complicada. Eso fue lo que realmente yo admiraba en Denton Cooley (Figura 5).

2:-¿Por qué se fue de la Argentina?

Liotta: ¿Por qué me fui de la Argentina? Porque no había nada acá. Aún afuera estaba en sus comienzos la cirugía cardiovascular. En 1960 llegué a Estados Unidos, primero estuve en la Cleveland Clinic, y recién se empezaba. El doctor Cooley operaba con circulación extracorpórea, usando un oxigenador que le decían “el aparato para hacer café”, estaba en sus comienzos. Cuando yo volví a Argentina, al mismo tiempo vino el doctor Favaloro, en julio de 1971, vinimos juntos, no en el mismo avión, pero sí en la misma época. En julio de 1971 me presenté al Hospital Italiano porque el director del Hospital Italiano me había prometido que iba a llamar a concurso y lo llamó en agosto de 1971. Me parece que no se presentó nadie, no se quiso presentar ni Donato, ni Pisano. El doctor Favaloro quería ir al Italiano, pero tampoco se presentó cuando se llamó a concurso, creo yo, me parece13.

3: En el momento en el que decidió la implantación y realizó la cirugía del corazón artificial, ¿fue consciente del gran impacto que iba a tener esa cirugía para la historia de la medicina?

Liotta: No, uno no se da cuenta en ese momento. En ese momento estábamos preocupados por el enfermo. No sabíamos la evolución, nada. Ni el doctor Cooley tampoco. Lástima que el doctor Cooley falleció, no hace mucho, si no hubiera estado para estos 50 años de la cirugía. Y estuvo en Paraguay Bud Frazier, un poco la voz cantante de Cooley, representando a la Duke University. El Smithsonian Institution hizo una presentación especial por estos 50 años, una exhibición de la bomba y todo. Yo no estuve, había estado antes. Me habían dicho que estaba muy bien. Lo que más se utiliza en muchos enfermos es la asistencia. Fuimos nosotros los que diseñamos la asistencia de entrada. El primer enfermo que se operó, mucho antes, fue en julio de 1963 con el doctor Roffo, quien después de unos años tomó un prestigio tremendo por sus técnicas quirúrgicas y murió de un cáncer de pulmón pobre..

4: ¿Qué le generó la demanda realizada por la esposa del señor Karp luego de la cirugía?

Liotta: Ella no fue, los abogados querían sacarle dinero a la Universidad. La demanda fue derogada completamente, no recuerdo ahora el nombre de los jueces que intervinieron, pero llegó hasta la Suprema Corte. Yo ya no estaba en Houston, porque regresé acá (Argentina) en el año 1971, y eso demoró hasta 1975-1976. Yo quería ir y el doctor Cooley me dijo ¨no, no hace falta, yo lo voy a arreglar todo”. Lo arregló el doctor Cooley, nunca concurrí personalmente. Los abogados son terribles en la cuestión del dinero, quieren sacar algún beneficio. La señora, Sherley, es muy buena. Ella me escribía y fue a visitarme una vez antes que yo viniera, antes de 1971. Ella vino a disculparse y me dijo que los abogados la presionaron. Ellos sabían que nosotros no íbamos a poner ni un centavo con el doctor Cooley, pero si el Texas Heart Institute.

5: ¿Actualmente dirige programas de investigación?

Daniel Bracco: Sí. Hay un punto que es la asistencia circulatoria, tomando como fuente la aurícula izquierda y la aorta descendente o la subclavia, no corazón artificial total, sino asistencia circulatoria con una bomba centrífuga de flujo continuo. El corazón sigue latiendo y le ayuda esta bomba (Figura 6).

6: ¿Qué puede decir con respecto a la derogación de su proyecto del sistema nacional de salud?

Liotta: Sí, fue derogado por el gobierno militar, una pena. Es una gran pena que me ha quedado a mí. No hace falta mucho, hace falta un año, un año y medio; porque tenemos que consultar con otras fuerzas políticas para que después no tenga problema en el Parlamento, con el socialismo, el radicalismo, Cambiemos. Hay que rever todo y ponerlo al día. No sé qué pasará con las elecciones que viene, a ver quién estará. Depende quien esté.

7: ¿Qué opina respecto a que se está llevando a cabo la confección de un monumento al corazón artificial en Entre Ríos? ¿Y sobre su museo?

Liotta: Hay un museo. ¿Estuviste allá? Está muy lindo, es mérito de un hijo mío, no es mérito nuestro. Es mérito de Patrick, uno de mis seis hijos, que lo ha puesto al día, iba consiguiendo cosas (Figuras 7, 8, 9). El valor que tiene es que nosotros hemos conservado lo que hicimos en Argentina con el ingeniero Tagliani, está en el museo. Me lo pedía la Smithsonian Institution en Estados Unidos, y afortunadamente quedó acá. Está muy bien eso, él iba progresivamente agregando cosas. Le agregó hace poco la bombita de flujo continuo que está usando ahora el doctor Bracco. Nosotros usábamos flujo pulsátil, no existía el flujo continuo, la bomba vino después, hace unos 10 años más o menos. Es una gran cosa. Está en Diamante. Lo visita mucha gente, sobre todo alumnos del secundario, vienen del resto de la provincia. Eso ahora lo maneja la provincia y arregla las entrevistas. El nuevo gobernador, Gustavo Bordet, nos visitó ahí y ellos mismos ahora lo aconsejan. Es un gran mérito de él, de Patrick.

Bracco: Hay un monumento que están haciendo.

Liotta: Ah sí, el monumento. Ahora es época de invierno, medio fea, llueve mucho; entonces yo digo que quiero que esté listo para septiembre u octubre que es la época de la primavera. Entonces lo va a inaugurar Bordet, me dijo el gobernador, “cuando esté listo yo lo quiero inaugurar”. La intendencia de Diamante era de Cambiemos. Ahora no ganó Cambiemos. El monumento lo iba a pagar la intendencia de Diamante, porque hay que pagarle un poco al señor este, Mario Lange se llama. Le pedí que ponga la sentencia “El hombre de ciencia es el maquinista de la historia”. Pero le paga la provincia, le dio un cheque. Es todo metálico, mandó el proyecto y la foto. Muy lindo para Diamante. Ahí formaron una plazoleta que eso sí que no lo vi en ningún lado, la plazoleta del corazón. Puede ser que haya en otro lado, pero yo no lo vi. Bracco, ¿usted ha visto una plazoleta del corazón?

Bracco: No recuerdo en este momento, debe haber.

Liotta: Yo no he visto en ninguna parte del mundo una plazoleta del corazón. Está mirando al rio, muy lindo. Tiene su entusiasmo ahí la gente de Entre Ríos.

8: ¿Qué es lo que lo motiva hoy en día, a sus 94 años, a seguir contribuyendo a la medicina y a dar clase a sus alumnos en la Universidad de Morón?

Liotta: Es lindo la docencia, ¿te gusta a vos? Es muy lindo. Es una distracción, porque ya estoy un poco viejito para andar operando y qué sé yo. Pero dar clases es interesante. Lo más lindo es que los chicos preguntan cosas, y en ellos también, aunque parezca mentira, se nota una gran diferencia entre el estudiante universitario y el secundario. El universitario ya es un estudiante más evolucionado. Me gusta mucho también a veces salir del tema de la clase y hablar un poco de humanismo, cultura, arte. El arte asociado a la anatomía.

El doctor Bracco, por ejemplo, contribuyó muchísimo con Valsalva, y también con el hombre de Vitrubio a darle a los alumnos.

Bracco: Si el médico se enfrasca nada más que en la medicina, se pierde un montón de cosas. En general hay que cultivar eso, la formación debe ser integral, humanística, y unir arte y otras cuestiones con la ciencia.

El Dr. Domingo Santo Liotta familiar, escritor y médico de Perón

El Dr. Elías Hurtado Hoyo, quien fuera entre otros títulos presidente de la Asociación Médica Argentina, en una conferencia en la Universidad Nacional de Concepción del Uruguay el 13 de mayo de 2007, con motivo de la designación de Doctor Honoris Causa del Dr. Liotta, expuso: “del libro de Liotta Amazing Adventures of Heart Surgeon, rescato, porque resumen su espíritu, dos claros mensajes. El primero es el que dedica a sus miles de pacientes. Este amor por ellos ha sido uno de los objetivos de toda su vida: servir al hombre, ser útil a la sociedad. El segundo es el que refiere al respeto y orgullo que tiene por su familia. En todo el texto ustedes pueden encontrar numerosas citas que les hacen sentir su fuerte presencia. No se lo puede separar de su esposa Olga, compañera inquebrantable de todo momento, ni de sus hijos: Domingo, Graciela, Olga, Estela, Carlos y Patrick”11.

También menciona otro capítulo de su historia como son sus vastos conocimientos filosóficos. Su maestro por muchos años fue su recordado mentor, el poeta, ensayista, filólogo y crítico literario argentino Ángel José Battistessa (1902-1993) al que él identificaba con el pseudónimo de “Inima”, y con el cual intercambiaron numerosas horas de profunda meditación. Los escritos de Liotta sobre los hombres en que se cimenta la Filosofía Universal son verdaderos diálogos con ellos donde él aporta sus ideas. Tiene trabajos sobre Sócrates, Platón, Aristóteles, Santo Tomás de Aquino, Kant, Descartes y otros. No menos interesantes son sus comentarios sobre los médicos como Hipócrates, quien fuera el primer investigador clínico de la medicina, el del primum non nocere o, también sobre la medicina siciliana con Philistion, Alcmeon y Empedocles, con sus aportes sobre la prevención (Atención Primariade la Salud) cuando hablan de dietas, del ejercicio físico, lo genético, la herencia y otros temas. Asimismo, ha tenido tiempo para profundizar sobre las enseñanzas del shamanismo siberiano en la relación de la divinidad, el shaman y el paciente; y también sobre el Yang y el Yin. Describe con inocultable emoción sus diálogos personales con el filósofo chino Tian Shi sobre el taoísmo en encuentros especiales que tenían en la casa Manchu de la ciudad de Guangzhou11.

Estos aspectos humanísticos de su vida nos llevan al inicio de esta presentación por sus vínculos espirituales con su familia en búsqueda de la verdad y de lo mejor. Hizo participar a sus nietos de estas disquisiciones filosóficas, en especial a Rodrigo, hijo de su hija María Gracia. Les sugerimos leerlos; enriquecerán vuestro espíritu. De este otro Liotta tenemos sus libros no científicos como Recuerdos de un médico; Las Veladas de Bucarest (1989); Bajo la tormenta del postmoderno; El secreto de la rosa de oro de la vida (1998) y otros. Fue además un viajero incansable.

El hermano mayor de Domingo Liotta, Salvador Aquilino, en el año 1969 atendió al General Perón en Madrid, ya que Salvador se desempeñó en el Servicio de Cardiología, Departamento de Hemodinamia de la Fundación Giménez Díaz, además de en el servicio de Hemodinamia, del Centro Cardiovascular “La Paz”, Madrid, España. El Texas Heart Institute, para ese período, había firmado con España un convenio para entrenar a sus médicos en cardiología y cirugía vascular y Salvador fue el coordinador General Científico del Convenio Hispano Norteamericano (Houston-Madrid). Domingo Liotta y Cooley comenzaron a ir tres o cuatro veces al año a dar conferencias o a operar. El General le pidió a Salvador que hiciera de puente para conocer a Domingo. Este fue hasta la residencia de Puerta de Hierro, tomaron el té, que sirvió su señora Estela. Las reuniones se repitieron en varios viajes. Hasta que en las elecciones del 73 ganó Cámpora y Perón lo llamó para dirigir la Secretaría de Salud Pública. En ese momento, como se comentó, Domingo cubría dos servicios de cirugía cardiovascular, el del Italiano y el del Durán. El SNIS fue importante: estaba destinado a ordenar la Salud Pública, pero se suspendió en la época de la dictadura15. Domingo fue el médico personal del General junto al cardiólogo Pedro Cossio (1900-1986). Lo atendía casi todos los días en Gaspar Campos a última hora de la noche.

A modo de cierre, fue una figura de enorme relevancia de la medicina mundial. Hizo una de las contribuciones más originales que se han registrado en la historia de la cardiología. Su paso por la medicina trascenderá esta y tantas perspectivas, incluso sobre temáticas diversas.

  1. Liotta D. Las aventuras de un cirujano de corazón. Buenos Aires: Editorial Universidad de Morón; 2008. p. 379-420.

  2. Joyce LD, Noon GP, Joyce DL, DeBakey ME. Mechanical circulatory support--a historical review. ASAIO J 2004;50:x-xii.

  3. Liotta D. Novel Left Ventricular Assist System® II. Tex Heart Inst J 2004;31:278-82. 

  4. Cervino C, Nasini V, Sroka A, et al. Novel left ventricular assist systems I and II for cardiac recovery: the driver. Tex Heart Inst J 2005;32:535-40.

  5. Morisset PAJ, Young P. Christiaan Neethling Barnard (1922-2001) y el trasplante cardíaco. Fronteras en Medicina 2014;2:47-52.

  6. Fundación internacional - Corporación Médica, Universidad de Morón. Biografía Profesor Dr. Domingo Santo Liotta. En:  http://www.fdliotta.org/biografia.html; (consultado 3/6/19).

  7. Townsend L. Historia del primer corazón artificial. Buenos Aires: Editorial Corregidor; 1988. p. 7-141.

  8. UM-Tesauro IV. Asistencia Cardiocirculatoria y Corazón Artificial Total - Revisión histórica. En: https://www.unimoron.edu.ar/static/media/doc_c4f578ec8a6511e48e050800279c6c15_o.pdf; (consultado el 3/6/19).

  9. Villarino E. Liotta: La vida de un cirujano del corazón. Buenos Aires: Editorial Prometeo; 2014. p. 23-215.

  10. Liotta D. Cartas a un Médico. El espíritu del hombre moderno. Buenos Aires: Editorial Corregidor; 1988.

  11. Hurtado Hoyo E. Revista de la Asociación Médica Argentina 2008;121:1-6.
    12. Zalaquett RS. Desarrollo histórico de la cirugía cardiovascular. Rev Med Clin Condes 2022;33:192-200.

  12. Príncipe J, Young P. René G. Favaloro (1923-2000): A 100 años de su nacimiento. Fronteras en Medicina 2023;18:190-205.

  13. Cooley DA. The Amazing Adventures of a Heart Surgeon. Tex Heart Inst J 2007;34:394. 

  14. Nielsen G. https://www.clarin.com/viva/domingo-liotta-peron-lopez-rega_0_BJcv7VV8.html; (consultado el 3/3/24).

Autores

Pilar Sofía Auguadra
Ex-alumno de Medicina de la Pontificia Universidad Católica Argentina. Servicio de Dermatología, Hospital Interzonal General de Agudos Eva Perón de San Martín (ex Castex) Profesor Titular Historia de la Medicina UCA.
Pablo Young
Servicio de Clínica Médica. Departamento de Docencia e Investigación, Hospital Británico de Buenos Aires,.

Autor correspondencia

Pablo Young
Servicio de Clínica Médica. Departamento de Docencia e Investigación, Hospital Británico de Buenos Aires,.

Correo electrónico: pabloyoung2003@yahoo.com.ar

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Titulo
Domingo Santo Liotta (1924-2022) y el primer corazón artificial

Autores
Pilar Sofía Auguadra, Pablo Young

Publicación
Revista Fronteras en Medicina

Editor
Hospital Británico de Buenos Aires

Fecha de publicación
2024-06-29

Registro de propiedad intelectual
© Hospital Británico de Buenos Aires

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